A día de hoy, al comprar una vivienda, una de las dudas más frecuentes es la de qué hipoteca contratar: ¿a tipo fijo o variable? Ante esta cuestión no hay una mejor o peor opción, sino que todo depende del perfil del cliente y de lo que este está buscando.
La diferencia principal entre ambas es que una hipoteca a tipo fijo garantiza pagar el mismo importe durante todos los años que se haya contratado el préstamo, ofreciendo una estabilidad y seguridad. Por otra parte, la hipoteca a tipo variable ofrece la posibilidad de pagar una entrada menor, aunque enfrentándose a las oscilaciones del Euribor cada año hasta finalizar los pagos del mismo, lo cual no es recomendable si no se cuenta con un colchón financiero para poder hacer frente a posibles subidas.
Así pues, antes de decantarse por una u otra hay que pensar a largo plazo y tener en cuenta varios factores de suma importancia que ayudarán a determinar qué es mejor en cada caso en particular. Por ello hay que tener muy claro cuál es la estabilidad laboral del comprador, si hay posibilidad de incrementar los ingresos a corto o medio plazo, en cuántos años se prevé pagar el inmueble, etc.
Hipotecas a tipo fijo
Las principales ventajas de las hipotecas a tipo fijo son:
- Estabilidad. Las cuotas mensuales siempre son las mismas, no varían.
- Cuota fija. A lo largo de toda la hipoteca se pagará la misma cantidad, de manera que factores externos como la subida del Euríbor no afectarán al precio.
- Condiciones favorables. Los plazos de préstamos son alrededor de los 20-25 años y se pueden extender hasta 30 años.
En cuanto a las desventajas hay que destacar:
- Cuotas e intereses altos. En comparación con las hipotecas variables, las cuotas y los intereses son más elevados.
- Comisión de apertura. También es más elevada que en el caso de las hipotecas variables.
Hipotecas a tipo variable
Entre las ventajas de las hipotecas a tipo variable hay que tener en cuenta:
- Intereses más bajos. A corto plazo son más económicas. Hoy en día los intereses están por debajo del 1% dado que el Euríbor está en negativo.
- Período de amortización largo. Es posible encontrar hipotecas a tipo variable con plazos de hasta 40 años.
- Pocas comisiones. Las hipotecas variables tienen comisiones más bajas – en algunos casos incluso nulas – en comparación con las fijas.
Por lo que respecta a las desventajas, hay que destacar:
- Variaciones Euríbor. Las variaciones del Euríbor pueden dar lugar a una inestabilidad de las cuotas, provocando un encarecimiento de la cuota mensual.
- Interés fijo inicial. Al principio no se aplica el interés variable, sino que se aplica un interés fijo durante un período de tiempo determinado que puede llegar a los 24 meses.
- Encarecimiento hipoteca a largo plazo. Aquellos que escogen este tipo de interés para poder pagarlo a largo plazo tienen el riesgo de acabar pagando más.
En conclusión, pese a que cada caso es totalmente distinto y hay que analizar las necesidades del cliente en cuestión, desde Finteca se han llegado a conseguir ofertas de hipotecas a tipo fijo para clientes al 0,954% TAE fijo a 30 años. Esto ha sucedido en determinados casos, en los que se han contratado varios productos. De la misma forma, a tipo variable, se han llegado a conseguir hipotecas con Euribor + 0,59%.